sábado, 24 de enero de 2009

Aviso a navegantes

Ayer empecé a ser instruido en la noble profesión de corrector ortotipográfico (véase la lista de "Lugares no menos importantes"). Tengo intención de prestar a ese curso la mayor atención posible tanto por conveniencia como por la ferviente pasión que la materia me suscita, de modo que el moroso ritmo con que ya en principio estaba actualizando el blog se verá ralentizado, durante un par de meses aproximadamente, aún más. Confío no obstante en cumplir pronto con el compromiso, que manifesté a Christian en su blog, de publicar mi reseña particular acerca de la novela El viento de la Luna, de Antonio Muñoz Molina. Bien la merece.

En fin, quede de esta manera señalado el comienzo de una vida más completa ya desde ayer lo es que, quién sabe, quizá me permita además cohonestar el deber con el placer en un grado y con una frecuencia para mí insólitos. Asimismo y a propósito de esto último, dese por enterado todo aquel que busque un corrector ortotipográfico de que, en no más de tres meses, podrá tener a su disposición los entusiastas servicios de quien suscribe.

P.D.: Gracias, Raúl, porque sin tus amables sugerencias, muy probablemente, nunca habría publicado esta nota preñada, aun breve, de gran significado.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Amigo mío, tus palabras me enternecen, pero veo que tus adicciones llevan el timón de tu raciocinio, pues no es grato que mencionen que “tenías que corregir tu estilismo, pues tenías como un orco el somatotipo” y no palabras de aliento para hacerte “corrector ortotipográfico”.

    Así se escriba y así se lea.

    ResponderEliminar