jueves, 19 de noviembre de 2009

Pasión torera



—¿Por qué me haces esto? —preguntó el toro al torero.

—Porque te quiero.

—Hagamos entonces el amor, y deja que te meta el asta por el orto.

—No, cariño, que siendo mi amor de una gran pureza aún mayor es su largueza. ¿Cómo podría seguir llamándolo así, amor, consintiendo en recibir, salvo tu donaire y apostura, si es que cabe más de ti?

—Deja, deja —replicó el toro con semblante de embeleso—, ya verás si cabe.

¿Fin?


P. D.: Gracias, Raúl, por tu inestimable colaboración.

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