domingo, 8 de noviembre de 2009

Quien lo entienda que me lo explique


Las palabras que a continuación figuran entre comillas forman parte de unas declaraciones que, a raíz de una sentencia del Tribunal de Estrasburgo según la cual la presencia del crucifijo en un colegio público va contra la libertad religiosa, fueron vertidas por el actual obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, y recogidas en el diario La Verdad del día 7 de noviembre.

«El ser humano no puede existir sin símbolos.» En consecuencia, yo no existo; algún estupefaciente llevaréis metido en el cuerpo, porque esto que aquí está escrito, amén de todo lo anterior, es una alucinación —lamentable, por cierto—. O eso, o la investigación en materia de inteligencia artificial está más avanzada —modestia aparte— de lo que en general se cree y sabe.
No, en serio, yo estoy encantado por que haya los símbolos que a cada cual le plazca lucir. Los que a cada cual le plazca lucir: alguien que no profese el catolicismo no tiene por qué transigir con ese símbolo, y puede con todo derecho decir que su exhibición en lugares públicos le resulta «discriminatoria» (lo que no es la antedicha sentencia, como afirman los obispos).

«Es un símbolo de libertad.» ¿De la de quién?

«Donde no hay crucifijo no hay distición entre la Iglesia y el Estado.» No tenía noticia de que el monseñor le diera a los porros... «Si desaparece, perderemos los logros de la cultura europea: al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.» ¡Premio al ganador del Trofeo a la Inmodestia!: sin ellos no seríamos más que pura ignorancia, vacuidad intelectual, alimañas asilvestradas... Y, eliminado el crucifijo de los lugares públicos, se abriría un abismo (de analfabetismo e iniquidad) cuya ominosa negrura nos devoraría a todos (los no católicos). No haré más comentarios; estas citas se cubren de «gloria» (pese a las comillas, la palabra es mía) por sí solas.

«Es un símbolo de respeto a la dignidad de la persona desde su nacimiento hasta la muerte natural.» ¿La dignidad de qué persona? ¿La muerte natural de qué? Como símbolo de dignidad puede haber muchas cosas, pero no ésa, a mi entender (quien vea el asunto de otra forma, y me dé argumentos lógicos que la sustenten, tiene mi total atención). Quien permanece en la imagen crucificado se escribió que era una persona inconcebiblemente bondadosa y de un juicio elevadísimo, predicaba que debe amarse hasta al mismo enemigo y amó a todos cuantos lo rodearon, prestó auxilio con extrema largueza... Que era, en suma, un ser absolutamente extraordinario. Y, sin embargo, Dios no tuvo reparos en dejar que lo mataran. Eso simbolizan los palos en que fueron clavados sus manos y sus pies. De hecho, lo que representan se reduce precisamente a un hecho meramente símbólico cuyo sentido, tras mucho buscar, no he encontrado: con el sacrificio de su hijo —su cordero—, el supuesto ser supremo aplacó la presunta ira que en él se levantó contra nosotros, pecadores repugnantes. En su sin par sabiduría, Dios no fue capaz de dar con otro modo de redimirnos; con su excelsa misericorida, no se limitó más que a contemplar el indecible sufrimiento que le fue infligido a su hijo. He ahí el «símbolo de respeto a la dignidad de la persona». Cristo crucificado no simboliza sino la crueldad, tanto la divina como la humana.

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