jueves, 6 de agosto de 2009

'El lobo estepario': un libro de puta madre (dejando aparte el Tractac, o como leches se escriba)

Al principio me sentí tremendamente identificado con el protagonista; sin embargo, a pesar de su avanzada edad, se atisban durante la historia esperanzas de que él vuelva a recordar cómo se vive (¡cuán venturoso me resultaría disponer de esa segunda oportunidad, y más aún saber aprovecharla!).

Siento, no obstante, que El lobo estepario ha cambiado algo en mí. Es, a mi juicio, un magnífico manual que advierte sobre los peligros de desligarse del mundo al que uno pertenece a causa de un exceso de erudición, de un empacho de cultura que puede desembocar en una pretensión por que la realidad alcance un ideal sólo asequible al arte; es un libro que le hace a uno ver que lo vulgar, lo terrenal, lo burdo, la imperfección... no son sino el material de que está hecha la vida. Rechazarlos es un gran error, una soberana estupidez.

Ése, en fin, es mi parecer. Si alguien lo ha leído y tiene una opinión distinta, estaré encantado de debatir y de rectificar mi visión, de cuyo acierto siempre dudo. Incitadme a ir más allá, por favor.

P. D.: Empiezo ahora Niebla, don Julián. Confrontaré, a su final, las sensaciones que ella me depare con las que afirma usted haber tenido. Quizá haya debate.

P. P. D.: Joder, ¿por qué escribiré tan a menudo como alguien de otro siglo?

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