jueves, 26 de febrero de 2009

Idiotas o hipócritas o psicópatas. Y fascistas



A Emilio, que os ha reventado a mazazos una herriko taberna después de que vosotros hicierais los propio con su casa, lo tildáis de fascista. Entonces voy yo, consulto el DRAE, y no salgo de mi asombro:
fascista. adj. Excesivamente autoritario.
A ver, silogicemos un poco:

a) Según mis indagaciones y los hechos acaecidos, parece ser que no tenéis la más remota idea de qué significa esa palabra; parece, por tanto, que no sabéis hablar. Luego quizá seáis unos idiotas.

b) Aquella persona ha hecho algo que de lejos –llamadlo fascista aficionadillo, si acaso– se parece a lo que acostumbráis hacer vosotros y, sin embargo, nunca os he visto atribuiros el susodicho calificativo. Luego, partiendo de la rebuscada hipótesis de que conocéis el vocablo en cuestión, quizá seáis unos hipócritas.

c) Siempre ufanándoos después, como psicópatas de manual que parecéis ser, extorsionáis, secuestráis, hacéis explotar, coaccionáis... a todo aquel que no piensa como vosotros. Demostráis, en suma, un autoritarismo sin tasa a la hora de defender vuestras ideas. De esto, en consecuencia, no cabe colegirse sino que sois unos putos fascistas (he aquí un axioma).

Para terminar y teniendo en cuenta el primer silogismo, os remito a la página de la RAE para que despejéis todas las dudas que tengáis acerca de las palabras que componen este artículo: Real Academia Española. De nada: buscad largueza, por ejemplo.

P. S.: En mi «diccionario» –ese que, conociéndolo y respetándolo, evita que uno cometa las necedades citadas–, el comportamiento de Emilio no es propio de un fascista, en ningún grado, sino de alguien humano.


2 comentarios:

  1. Este caso me hizo recordar la película "Un día de furia", en la que un ciudadano común dijo "Basta", ante tanta injusticia cotidiana. La injusticia que defiende lo indefendible.

    El "ojo por ojo", sin ser deseable (iniciaríamos una nueva guerra), a veces es inevitable.

    Mi solidaridad con Emilio.

    P.D.: ¿Tú fuiste quien me llamó valiente, alguna vez...? Todo se pega, pues... ;)

    ResponderEliminar
  2. Sí, seguramente éstos, como poco, me habrían adjudicado ya su socorrido calificativo. Si lo hacen con alguien que se ha limitado a defenderse, ¿por qué no hacerlo con otro que proclama verdades como puños?

    Te agradezco que me consideres así, pero creo que se necesita poco valor para llamar a unos mierdas por sus nombres desde el semianonimato, en un sitio que apenas lee nadie y, además, viviendo a cientos de kilómetros de ellos. Acerca de la valentía -aquella de que te hablé pero que es de un género distinto a esta-, o de su carencia, más bien, he leído en el libro que recomendó Teresa hace unos días, El extranjero de Camus: (sin ánimo de revelar nada) ¡claro que se acostumbra!; los pusilánimes, los "cadáveres emocionales", se acostumbran a lo que les echen. Afortunadamente, yo no llego a tales extremos de apatía vital.

    Un saludo

    ResponderEliminar