martes, 10 de febrero de 2009

Descanse en paz

Por qué le importaba tanto al "señor" Berlusconi la vida de Eluana?
¿Por qué, si no habría podido piropearla, pues su cara estaba cubierta de llagas?;
¿por qué, si no habría encontrado razón para posar en sus pechos su rijosa mirada, pues se hallaban consumidos?;
¿por qué, si contemplando sus piernas no habría podido recrearse, porque estaban atrofiadas?

¿Por qué, en fin, si trata a las mujeres como putos objetos? ¡Maldito hipócrita!
______________________________________________

Cuando volvió de su última visita a un amigo en coma, me dijo que no querría jamás encontrarse en una situación así y me hizo prometer que, ocurriera lo que ocurriera, nunca la abandonaría en ese estado.
Giuseppe Englaro (padre de Eluana)
(Extraído de Gaceta.es.)


Por fin,
DESCANSE EN PAZ
ELUANA ENGLARO
(1970-1992)

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Este caso me produce mucha tristeza, no sólo por la joven, a la que se veía llena de vida, sino por haber podido escuchar tanto discurso vacío en nombre de un Dios que únicamente existe para algunos, pero pretenden que dictamine para todos.

    El Dios piadoso que le arrancó la vida en plena juventud. Si existe, espero que le pida explicaciones...

    ResponderEliminar
  2. Puesto que yo no creo lo más mínimo en Dios, hace tiempo que me despojé de tales dilemas: opino que las cosas pasan porque sí, y hay que aceptarlas como vengan. A quienes esgrimen como argumento la voluntad divina -con todo respeto lo digo-, ya ni los escucho; ellos que obren como consideren oportuno y conforme a sus creencias, y a los demás, que nos dejen en paz. Quede aquí meridiana mi postura: si me encontrase alguna vez en ese estado (irreversible), acaben conmigo, por favor.

    Acerca del particular, escribió Nietzsche -cómo no, y, cómo no, lo saco a colación-, irrefrenablemente pasional como era, que, en cuanto alguien se viera así, era casi su obligación darse el "pasaporte" (semejante intención, por cierto, parece tener Antonio Gala....). No obstante y por supuesto, yo, irremediablemente respetuoso como soy, abogo por que cada cual haga lo que le venga en gana. En cualquier caso, don Friedrich quizá viera muy fácil acometer tal empresa, pero a mí se me antoja terrorífica; pocos, seguramente, estarían dispuestos a realizarla si durante el trance, a diferencia de Eluana, se mantuvieran conscientes. Ser consecuente hasta esos extremos es tremendo, sin duda.

    Para terminar mi comentario-más-largo-que-el-propio-artículo, quiero poner de relieve otro de los argumentos que, según leí, adujo el hipócrita Berlusconi para que Eluana continuara con su calvario: podía tener hijos. Algo así afirma quien de seguro está en contra de que los homosexuales adopten; prefiere, antes que eso, condenar a un crío a no conocer a su madre en toda su vida; desprecia ruinmente -ya lo estaba haciendo, tratando de impedir su muerte- la voluntad de la madre... En fin, sin (más) comentarios.

    ResponderEliminar