martes, 15 de junio de 2010

Fue bonito soñar despierto mientras despierto soñando estuvo


Porque el sueño, acaso el más nítido y lúcido que jamás tendrá, terminó. Lo atestigua algo que nadie podría ver, pues, siendo agua, entre el agua que hacia abajo corre se confunde y mimetiza. De ello sólo él es consciente, se lo revela su lengua: bien sabe que no es salado el líquido que de la ducha brota.

Actualización: En mal recuerdo se ha convertido la causa de tal salobridad. Pues el sueño ha vuelto con más fuerza de la que nunca tuvo. Más aún de la necesaria para que quizá por siempre dure. Quizá.

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