sábado, 13 de febrero de 2010

Paz


Sólo comparable a escuchar buena música en el coche es ir conduciendo en completo silencio. Desfilando los coches por los tres carriles, sincronizados como bailarinas acuáticas, parece estar uno inmerso en una escena reproducida a cámara lenta. Pocos son los sonidos que en ese momento, atravesando a duras penas la carrocería, hienden el aire que llena el interior; pueden oírse, vagamente, el monótono deslizarse de los neumáticos sobre el asfalto y el zumbido del motor de los coches, interrumpidos acaso por el esporádico tarareo de alguna canción recordada o inventada, si bien de ella más que ondas sonoras son vibraciones lo percibido: se diría que, antes que en la garganta, nace la tonada del mismo pecho.

2 comentarios:

  1. Me gustan estas descripciones. Se trata de lo que yo llamo "descripciones de cosas" aunque se traten de sensaciones que parecen intangibles. Digo parecen porque cabe también a los sentidos físicos hacerse cargo de ellas. Quizás lo que digo suene estúpido y quizás lo sea, pero describir sensaciones es un desafío para: encontrar las palabras adecuadas, indagar en nuestro interior, percibirse sintiendo, trasnmitirlo de manera tal que quien lee pueda sentir lo mismo (o algo que al menos se le parezca), entre otros desafíos que seguramente se escapan a hora a mis ideas. Porque en definitiva lo que se describe es el contexto en que la paz y una sensación de bienestar se apodera de vos y también es la descripción del propio sentimiento. ¿Cómo podrías pintar un cuadro así, sin sentirlo?

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  2. De estupidez, nada, Patricia. Todo lo contrario, opino que tus palabras destilan mucha agudeza.

    Siempre me ha gustado hacer esto, describir lo que he percibido, en su momento, a través de los sentidos. Es algo que practiqué con cierta asiduidad en otro lugar, pero en éste lo tengo bastante abandonado.

    Saludos.

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