jueves, 10 de septiembre de 2009

Gangrena: inocencia extraviada


Amnistía Internacional denunció ayer que el régimen de incomunicación de los detenidos en España incumple el derecho internacional de los derechos humanos. Según Amnistía, el régimen español es uno de los más estrictos de Europa porque permite mantener a una persona recluida incomunicada hasta 5 días en todos los casos y 13 si es sospechosa de delitos de terrorismo.

20 minutos (16 de septiembre de 2009)

Artículo 15


Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes.

Artículo 17

3. Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención.

Artículo 24
2. Asimismo, todos tienen derecho [...] a un proceso público sin dilaciones indebidas [...] y a la presunción de inocencia.
Constitución española de 1978

Informaban diversos periódicos hace unos tres meses, a propósito de la comisión de un delito muy grave, de que la Policía había detenido a una decena de personas relacionadas con dicho delito. Éste que ahora comienza es un breve repaso a la información que, respecto a una de estas personas, a la cual conozco y a la que desde ahora me referiré con la letra X (absolutamente ficticia), no llegó a ojos de lector alguno.

Pues bien, nadie que leyera estos periódicos pudo saber, por ejemplo, que X no fue informado ni de sus derechos ni de las causas de su detención hasta un buen rato después de haberse producido ésta.

En las páginas dedicadas a la noticia se decía que habían sido incautados, entre otras cosas, coches, varios miles de euros y algunas armas. A tenor de esta información, cualquiera podría deducir:
  1. que el dinero y los coches eran fruto del delito cometido, aunque ningún juez hubiera dictaminado todavía en tal sentido (X, en particular, es socio desde hace sólo pocos meses de una de las empresas involucradas; sin embargo, él es propietario de su coche desde hace bastante más tiempo, por lo que el susodicho delito no pudo haber sido, en ningún caso, el medio que le permitió adquirir el vehículo);
  2. que las armas habían sido utilizadas con fines criminales, cuando, en relación con X, se da la circunstancia de que él posee varias de ellas —junto con sus respectivas licencias— porque trabajaba, en régimen de pluriempleo y hasta el día de su detención, como guarda de seguridad; X, por otro lado, no opuso la más mínima resistencia para indicar a los policías el lugar donde las guardaba.
(Pensad en ello cuando miréis fotografías de bienes incautados.)

En los medios mencionados no se hacía referencia, asimismo, al hecho de que X, mientras estuvo recluido en un calabozo durante unas 17 horas, no dispuso de más alimento que un botellín de medio litro de agua.

Nada he podido leer acerca de que el proceso de X quedó suspendido durante todo el mes de agosto por razones que seguramente todos cuantos lean esto, entre resignados y consternados, ya se figurarán.

Hasta hoy, tampoco he tenido noticias de que la prensa haya informado sobre la situación actual del asunto (debido, quizás, a su tediosa normalidad): su familia está con el agua hasta el cuello, dado que dependían económicamente de X en no menos del 70%;* X ha permanecido, desde poco después del momento en que fue detenido y hasta hace escasos días, en una prisión situada fuera de su comunidad autónoma sin que hubiera razones para ello.

Para ir terminando, expondré la conclusión a que llegué tras saber del trato que dispensaron los policías a X mientras duraron los diversos registros: ni por un segundo se les pasó por la cabeza que podrían estar jodiendo a alguien inocente; por otro lado, me preguntaré —retóricamente—: de quedar demostrada finalmente su inocencia, ¿les serán resarcidos a X y a su familia los daños y perjuicios causados? (Y, por cierto, ¿dará alguien la noticia, algún día?)

En fin, permitidme daros un consejo: si alguna vez se os acusa de algo grave, procurad ser culpables.

* Últimas noticias: a uno de los hijos de X le fue concedida una beca de estudios y, con el fin de que el dinero que recibiera por ella no fuera ingresado en una de la cuentas que han sido bloqueadas a causa del proceso, solicitó el cambio de ésta. El dinero ha sido ingresado en la cuenta bloqueada y en ella permanece. ¿El motivo? Se vio obligado a realizar dicha solicitud en septiembre porque —¡ay resignación!, ¡ay consternación!— en agosto la Justicia, de ir en primera, pasa a punto muerto.

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